El otro día le comentaba a mi psicóloga lo imbécil que me sentía ahora que me gusta este felino. Alegaba sobre lo torpe, distraída, poco productiva, nerviosa, paranoica, psicópata y enferma que me ponía cada vez que estaba en una misma sala de clases con él, o al menos cuando lo divisaba en la cercanías de la facultad. Y es que es odioso porque uno se hace unas ilusiones y unos castillos en el aire, cuáticos... cuando con suerte han hablado 3 veces. Y bueno, estaba en ese "Es bakan que me guste alguien de nuevo, pero me siento una weona" cuando me comentó algo curioso y algo alentador. En su experiencia esta sensación idiota de cuando te gusta alguien es común a todas las edades... Este sentirse un niño es normal. No estoy tan cagada. Es el nervio universal...
Y bueno, pensé que iba a ser más interesante, pero no.
Juan
Gatuna - anda nerviosina...
No hay comentarios:
Publicar un comentario