anécdotas del despecho

lunes, 9 de agosto de 2010

El hombre imaginario

Hoy hablando con unas amigas de toda la vida, me di cuenta que enamorarse del hombre imaginario es algo más común de lo que uno cree. Más de alguna vez nos hemos engolosinado pensando historias y fantasías con ese hombre con el que conversamos una vez, o que vemos seguido pero nunca hemos hablado o, incluso, con aquel que conocemos por concepto, pero no lo conocemos realmente. Es medio chistoso porque uno arma castillos en el aire con el susodicho. Imagina relaciones completas, peleas, regalos, vacaciones, términos, declaraciones, todo.... pero olvídense que alguna vez le va a hablar. Creamos casi un monstruo en nuestras cabezas, porque todo es pura idealización. Ni puta idea como es el sujeto en cuestión, sólo sabemos unos pocos datos, es como tener una silueta borrosa sobre la cual pintamos un mundo de ideas.

Y de repente... lo conocemos. Una de dos... o te encanta como la vida, o se transforma en esas películas que te recomiendan mucho y que al verlas es como "mmm, si es buena.. pero no me mató". Claramente a mi me pasó lo segundo. Porque... NOOO, no podía conocer a alguien que me llenara la guata de mariposas, ni que me encantara, ni nada... no Dany, no.


En fin... supongo que tengo que aprender a no hacer más castillos en el aire... soy mala arquitecta y siempre se me caen.


Gatuna - en construcción... ¿o destrucción?

No hay comentarios:

Publicar un comentario