anécdotas del despecho

jueves, 4 de noviembre de 2010

Demasiada energía

A veces pienso que estoy mal enfocada en mi vida amorosa. Siempre eligiendo al hombre que se va, siempre mirando al incorrecto. Mis ansias de estar con alguien al fin se han apaciguado, pero voy de piedra en piedra mirando a distintos hombres que me quitan un poco el sueño, y que finalmente no concluyen en nada. Al parecer le he puesto demasiada energía al amor en mi vida. Desde que tengo memoria ha sido el centro de mis penas e ilusiones. Siempre pensando en ese chiquillo loco que no me mira ni por si acaso. Los que se han quedado, se han ido con portazos y, francamente, creo que nunca he tenido uno en la cola esperando que lo mire. No, yo no soy de esas que siempre tienen a alguien esperando afuera de su puerta, más bien soy la que espero, y me cansé. Me cansé de escoger al hombre equivocado. De cerrar los ojos e imaginar fotografías con gente con la que ni si quiera intercambiaré el número de teléfono. Me cansé de mirar por los pasillos a quién no me mira, de decir el nombre de quién no me nombra. Me harte de amar a hombres con fecha de vencimiento. Histéricos, ingenieros, retardados, sureños, literatos y compañeros. Me cansé de poner mi energía en ellos, de pensar en qué tengo que hacer para que me miren aunque sea un poco. Me cansé de pensar que tengo que modificarme para ser querida. Me harte de regalar mi energía, mis ganas, mis palabras, mis miradas, mi cariño, mi buena onda a gente hermética.

Mejor solita pero feliz, me empiezo a querer a mi.


Gatuna - ojos para mi.