Este día tibio de abril me pregunto...¿por qué a la gente le costará tanto pedir perdón? No sé, las cosas serían tanto más fáciles. Pienso, por ejemplo, en mi ex. Si, he pasado gran parte de las entradas de este blog despotricando contra él, pero eso no significa que no lo extrañe. Y no hablo de un extrañar amoroso-romántico, si no que..bueno, compartí varios años de mi vida con él y, básicamente, era la persona en que más confiaba. Entonces ¿qué pasa? que me hayo acá, con un montón de cosas atragantadas en la garganta y me hace falta. Me hace falta porque sólo él sabía y entendía cientos de cosas. Me hace falta porque era importante, y sigue siéndolo. Y aunque si lo viera en la calle no sé qué cara le pondría, todo sería más fácil si pudiera perdonarlo. Dirán... ¿pero y por qué no lo haces? Pues... algo en mi me impide concederme eso, sin que antes él me lo pida, porque...
¿Cómo concederle el perdón a alguien que ni si quiera te lo ha pedido?
No es un tema de venganza, ni orgullo. No quiero que venga de rodillas a auto-flagelarse frente a mi por lo que hizo. Sólo quiero que lo reconozca, lo manifieste y que de cuenta de lo erróneo que fue. Francamente me gustaría que fuera un poco la persona que yo pensé haber conocido, pueda reconocer su error y pedir perdón. Me gustaría que aunque sea 1 de las promesas que me hizo la cumpla, "contigo va a ser distinto, obvio que vamos a ser amigos si terminamos". Y si, la amistad sería difícil y se daría progresivamente..pero igual, todo sirve. Es decir... ¿por qué la gente parece ser desechable? Odio esa idea y aún así se implementa día a día. Uno ama, le entrega todo a alguien y ¿para qué? ¿para que ante el primer problema todo se desvanezca y "si te he visto no me acuerdo"? No. Me niego a que sea así.
Y aún así siento que tengo que mantenerme aquí, y dejarlo a él dar el paso.
Puedo perdonar...si es que vienes hasta acá.
Gatuna - flash back.
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